Llevamos semanas pensando en mil ideas para las ensaladas que degustaremos este invierno, pero cuando esta mañana cogimos los primeros cogollos de lechuga, decidimos probarlos tal cual. Lo que hicimos fue poner los hijuelos que habían empezado a salirle y literalmente nos lo comimos a bocados. ¡Umm qué delicia! Teníamos ganas de saborear verde ( más allá de los tomates verdes del verano 🙂 y soñábamos con volver a saborear el crujiente sabor a huerta, a campo. Pusimos algo de buen aceite y un poco de sal para que cada uno se aliñara lo que quisiera, pero al final no le pusimos ni una pizquita de sal. Un auténtico lujo de sabor y de belleza, por eso le llamamos las #lecugaspresumidas.
Hola!
Acabo de descubriros y me gustaría preguntaros… Las lechugas las cogeis enteras o vais quitando las hojas exteriores?
Yo he ido quitando de una lollo Rosso pero ya no me crece como las otras veces y las hojas de fuera se ponen malas antes de poder siquiera comerlas.
Gracias!
Hola Begoña! Perdona el retraso pero no había visto tu mensaje hasta hoy.
Nosotros hacemos también le vamos quitando las hojas y es genial porque estiras la vida de la lechuga durante mucho más tiempo.
Realmente lo que te sucede puede ser por muchas razones y siempre dependerá de la variedad o procedencia de la semilla.
La que me parece más probable es que ciclo de la planta haya llegado a su fin y por más que quieras rebrotarla, ella ya no puede más y debe subir a flor y morir… El clima también influye, no se donde andas, pero con el calor su ciclo se acelera y no a todas las variedades les sienta bien.
En fin, no se si te habré ayudado, pero me encantará seguir viéndote por aquí.
Un saludo!